Veinte años del 11-S, el día en que el planeta se paralizó.

Las investigaciones siguen hasta hoy.

Veinte años después, la emoción sigue viva en un país conmocionado por los ataques del 11 de septiembre del 2001. Esa mañana, 19 terroristas, la mayoría saudíes, miembros de la organización Al Qaida, secuestraron cuatro aviones comerciales y los estrellaron contra las Torres Gemelas de Nueva York, el Pentágono a las afueras de Washington; mientras un cuarto, presuntamente dirigido al Congreso, cayó en un campo en Pensilvania.
El memorial de lo que fue la zona cero del 11/S en el bajo Manhattan se ha convertido en una atracción turística y un lugar poco frecuentado por los neoyorquinos. Salvo los familiares que perdieron allá algún ser querido aquella trágica jornada de hace veinte años. Para muchos, además, esa era la tumba de sus seres queridos, desparecidos entre los escombros sin que se les hubiese podido identificar.
Aquel día murieron 2.753 personas. Aproximadamente el 40%, 1.106, seguían sin cadáver. Este martes bajó esta cifra. En vísperas del vigésimo aniversario, la oficina del forense de Nueva York anunció de forma oficial la identificación de dos nueva víctimas de aquel ataque en las Torres Gemelas del World Trade Center. Una, la víctima 1.646, es Dorothy Morgan, vecina de Hempsted, en el estado de Nueva York. De la otra, un hombre y víctima 1.647, no se ha dado el nombre por deseo expresó de la familia.
Hace unos días, según desveló The New York Times, dos detectives se presentaron en la vivienda de Nykiah Morgan, en Long Island. Los recibió su hijo, Dante, que llamó por teléfono a su madre. “Han venido por una cosa de la abuela. De ella, de Dorothy Morgan no tenían noticias desde el 11/. Despareció en aquel tremendo agujero. Trabajaba en una compañía de seguros, en la torre norte.
Sin los restos, su hija jamás tuvo la oportunidad de despedirse con un su enterramiento. Ella y su familia eran de los que acudían al memorial como quien acude a un camposanto. Los investigadores les dieron la noticia de que había sido identificada gracias a los avances en la ciencia genética.
Desde 2019 ha habido cinco identificaciones positivas. Las identificaciones empezaron menos de un año tras los atentados y se extienden hasta hoy, menos de una por año, en comparación a los centenares que se produjeron en época más temprana.
(La Vanguardia y La Nación)