La desidia agrava las consecuencias.
Era previsible y evitable en algunos barrios santarroseños. La documentación que data desde el 2004 demuestra que el municipio y la provincia son responsables. En aquél momento tanto el gobierno municipal Néstor Alcala (PJ) como el gobernador Carlos Verna (PJ) y el gobernador Oscar M. Jorge (PJ) desestimaron las advertencias para evitar la construcción en zonas inundables. Las consecuencias están a la vista. Quien quiera ver que vea, quien quiera oír que oiga.
Una investigación de Pampa Noticias sobre los acuerdos de construcción de viviendas PyM en el Barrio Almafuerte, ubicado al noroeste de la ciudad de Santa Rosa, en inmediaciones de la laguna “Don Tomás” demuestra que nunca se presentó el certificado de no inundabilidad, pese a que era una de las condiciones para la ejecución de las viviendas hoy completamente inundadas.
Expedientes que van y vienen
Esta historia comienza en el año 2004 cuando un grupo de personas reclamaron al Intendente de ese momento Néstor Alcala la necesidad de viviendas, ante una situación económica complicada. A raíz de este pedido surge una operatoria que se llama PyM (Provincia y Municipio) mediante la cual la Municipalidad brinda los terrenos y la Provincia a través del IPAV concreta la construcción de las viviendas. Es así, como se firma la primera ordenanza con todos los requisitos en marzo del 2004. En el mes de Noviembre del mismo año comienza la Primera Etapa de 36 viviendas. Las mismas estaban ubicadas en la zona del Barrio Almafuerte, delimitado por las calles Catamarca, Gobernador Duval, Chacabuco y Pavón (hoy completamente inundadas) y Barrio Matadero, manzana 18.
Dentro de las exigencias del IPAV se requería a la Municipalidad de Santa Rosa la documentación específica acerca del proyecto y los terrenos, la titularidad, factibilidad de servicios de infraestructura básica, y certificado de no inundabilidad.
En Septiembre de 2004 la Dirección de Obras Particulares municipal señaló que los certificados eran competencia de esa dependencia. Pasó el tiempo y el expediente siguió su curso, en marzo de 2005, con los planos realizados y con algunos altibajos de acuerdo al Código de Edificación, restaba aún la certificación de no inundabilidad.
Nuevamente se exige la factibilidad como urgente, sin embargo cuatro meses después se continúa en la misma situación. A la firma de los adjudicatarios, en Septiembre de 2005, persistía idéntica situación con la no presentación de este certificado.
En 2010 se produce la primera inundación, fundamentalmente en el Barrio Santa María de Las Pampas, pero el Almafuerte ya comienza con problemas de anegamientos y desbordes.
En 2014 fue la segunda gran inundación que afectó a la ciudad capital. Los concejales del FREPAM informan al Intendente Luis Larrañaga, proyecto que luego sale por unanimidad, que las viviendas fueron realizadas en zonas inundables. Además le solicitaron una audiencia al gobernador en ese momento Oscar Mario Jorge, a fin de buscar una solución definitiva. Nunca hubo respuesta a ese pedido. Lo que se produjo fue una reubicación de tres personas que fueron trasladadas al barrio Nelson Mandela.
Lo investigado por Pampa Noticias conduce a que en aquél momento los concejales del Frepam pretendían que todas las familias fueran reubicadas y que las viviendas fueran destruidas. Esto no sucedió, y finalmente pasó lo que se temía, las viviendas fueron usurpadas, repitiéndose entonces el mismo problemático escenario.
La situación demostraba que en épocas de abundante lluvia el agua desbordaba las calles, había problemas de filtraciones y de accesibilidad, porque sobre la calle Duval corre el canal que deriva aguas a la calle Stieben, éste se rompe, y se produce la inundación de las viviendas.
Todo indica que los períodos de inundaciones empiezan a acortarse, agravándose la situación por el alto nivel de la laguna, la zona que cada vez se encuentra más impermeabilizada y las napas altas. Hoy las viviendas quedan rodeadas de agua, por lo que no se puede acceder. No tienen servicios, (agua potable, gas, y cloacas) y sobre Duval el desborde produce la contaminación.
Esto era previsible, evitable, por lo tanto el Estado tanto municipal como provincial, es el responsable de no haber hecho estas previsiones.
Los concejales frepamistas advierten que recién pudieron tener acceso al expediente en el año 2014, producidas ya dos grandes inundaciones en nuestra ciudad. El acceso a la información pública está vigente en el municipio recién desde el año 2009, lo que dificultó la investigación de los concejales. No obstante, realizaron una presentación judicial a Larrañaga a efectos de conseguir la documentación.
El recorrido de los expedientes, sin el debido cumplimiento de la normativa puso en evidencia la desidia en las decisiones políticas de las administraciones justicialistas antes mencionadas. Desidia que tiene sus consecuencias sobre la población a la hora de producirse eventos climáticos como el que acaba de sufrir la ciudad de Santa Rosa, con la particular afectación en determinados barrios.
La corrupción muestra distintas facetas, puede ser la malversación de los dineros públicos, el robo de los mismos por parte de quien los maneja, no destinar los fondos para las obras requeridas para el bienestar de los vecinos, pero es claro que siempre tiene consecuencias y, estas generalmente recaen sobre los sectores más pobres.
Finalmente, lo que se pretende en este estado de situación y por el bien de las familias afectadas, así como la mejora en la calidad de vida de la comunidad santarroseña, es que se sienten a dialogar de forma seria y responsable, las autoridades municipales y provinciales, para encontrar una solución definitiva.