El asueto decidido por la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) para facilitar la reciente movilización en apoyo a Cristina Fernández de Kirchner durante su declaración indagatoria ante el juez Bonadio muestra el desatino de utilizar una entidad académica, que debería privilegiar la enseñanza y la libertad de cátedra, como un camino para canalizar ambiciones políticas.
Hubo más de cien mil adhesiones al pedido de remoción dirigido al presidente de la UNLP con motivo del obligatorio y absurdo asueto. Pero luego, los representantes de los docentes, no docentes, estudiantes y graduados expresaron su "profundo repudio al ilegítimo, improcedente e ilegal pedido destituyente que, con la complicidad de los medios hegemónicos de comunicación, busca cuestionar a la doctora Florencia Saintout, decana de nuestra institución". Posiblemente se hayan preocupado más de la cuenta. Todo indica que Saintout mantendrá su cargo, a pesar del desatino de dar asueto para marchar en favor de quien debe dar explicaciones ante la Justicia por investigaciones sobre corrupción, como un simple ciudadano. La UNLP cuenta con reglas que impiden remover a un decano por simple voluntad del rector. La institución del juicio académico, degradada por la actual conducción de la UNLP, impone que deba intervenir un tribunal universitario.-
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