Estacionamiento: éxito o fracaso de una decisión política

Por Marcos Cuelle, concejal de Santa Rosa (FREPAM)

 

El sistema de estacionamiento medido se implementa en la ciudad de Santa Rosa en el año 1994, donde los principales objetivos fueron dos: por un lado, el ordenamiento del tránsito y por el otro, establecer una fuente de recaudación para las arcas municipales.
La realidad es que hoy en día, el sistema de estacionamiento medido es respetado por muy pocos conductores, los controles son espasmódicos, el personal insuficiente y por decantación, solo es una mala herramienta de recaudación.
Ahora bien, para que exista un ordenamiento del tránsito, el sistema no sólo se basa en la venta del derecho, sino en el control. Esto significa que sólo el control efectivo del sistema por parte del Estado Municipal puede cumplir con el espíritu de la norma, caso contrario sólo se transforma en una herramienta de recaudación, sustentado por una alta ineficiencia que actúa por espasmos a través de multas, frente a un sistema perimido.
El proyecto de ampliación del radio de estacionamiento medido que se debate, fue una propuesta original de la Cámara de Comercio que tomó el Departamento Ejecutivo, y si bien fue puesto sobre la mesa en el Consejo Consultivo de Tránsito, la realidad es que no cuajaban sus intenciones con el espíritu que se le pretende dar a este tipo de sistema.
Primero, se seguía arrastrando el defecto que sólo se piensa que el caos vehicular en el micro centro de la ciudad solo se produce a la mañana, esto sustentado quizás en el funcionamiento de la administración pública; pero la realidad es que por la tarde también se produce un caos vehicular, lo que ameritaba analizar más que una ampliación, en comenzar a consolidar un buen funcionamiento del sistema, dentro del radio de estacionamiento medido actual.
En segundo lugar, el despacho original contenía una redacción dentro de su articulado, que abría la posibilidad a que se pudiera privatizar el servicio. Esta cuestión colisionaba internamente con la posición ideológica de varios concejales del oficialismo, que entienden que el rol del Estado no es ser un mero espectador, sino estar en el centro de la escena, situación que fue zanjeada, una vez que las explicaciones dieron cuenta, que las intenciones estaban orientadas hacia la adquisición de tecnología para mejorar el control, lo que implicó simplemente una nueva redacción que frenara cualquier intento de privatización, pero que le diera las herramientas a la autoridad de aplicación de la norma.
Como incorporación novedosa, se puede destacar la demarcación horizontal que determina específicamente dónde se puede estacionar un vehículo, el ensamble con un proyecto próximo a tratar de carga y descarga de mercadería en el radio de estacionamiento medido, y la posibilidad de celebrar convenios con grupos en situación de vulnerabilidad, para delegarles un sector de venta del derecho de estacionamiento dentro de su radio.
Pero la norma en sí misma, no garantiza que los problemas del tránsito en el microcentro se corrijan de forma espontánea. Dependerá de la autoridad de aplicación, quien tendrá la responsabilidad de su aplicación, lo que determinará el éxito o fracaso de la decisión política.
Marcos Cuelle, concejal de Santa Rosa (FREPAM)