Mucha catarsis y poca autocrítica.

La Convención Provincial de la U.C.R. no dejó nada nuevo.

Si alguien esperaba el debate profundo y con objetiva autocrítica sobre la situación del radicalismo pampeano y la realidad a nivel nacional, debe haber salido sumamente frustrado.
En La Pampa, la U.C.R perdió una banca en el Congreso, producto de una interna que pudo evitarse con renunciamientos, como sucedió en el 2015 con el paso al costado de Hugo Pérez. En ese año las autoridades partidarias advirtieron que si enfrentaban con dos candidatos a los candidatos del PRO el radicalismo podría perder las bancas.
En esta elección, todo parece indicar, se apuntó sólo a disparar contra Francisco Torroba, diputado nacional que deja su banca en pocos días, dejando mas dudas que certezas sobre la injerencia dentro de la alianza Cambiemos y su socio, el PRO. Egocentrismos que, a la postre, dejan sentado de nuevo al joven Maquieyra en el Congreso.
En Castex poca, casi ninguna autocrítica se escuchó en la reunión sobre lo acontecido en los últimos meses. Quizá, era ése el análisis que muchos convencionales esperaban escuchar. Sólo se hizo catarsis y un débil mensaje en pos de continuar trabajando por el radicalismo. En el caso de algunas autoridades y representantes legislativos éste es un concepto que se limita a los dichos, nunca a las acciones concretas.
Hubo dos posicionamientos claros en la convención provincial: el debate por la democracia interna a rajatabla en todas las circunstancias, o resolver los conflictos con acuerdos.
Algunos dirigentes ya en el 2015, antes del triunfo de Mauricio Macri, proponían este debate interno. Y hubo quienes no escucharon. O no tuvieron la madurez política para deponer los intereses personales en pos de los intereses del partido.
Y así hoy, con un PRO que ya tiene afianzado al Presidente de la Nación, que maneja la caja y con los organismos nacionales en cada provincia, es decir, que se ha convertido en un adversario de peso, la Convención Provincial sólo hizo catarsis, sin atreverse a admitir los errores que llevaron a esta situación.
Aunque algunos no quieran escuchar, está claro que el radicalismo se tiene que consolidar como partido político, para poder ser una alternativa que trascienda el 2019.