Denuncian por maltrato a un geriátrico de Parera.

Una mujer presentaría golpes. El hijo difundió una carta abierta.

Una compleja situación fue denunciada en las últimas horas en la Comisaria de la localidad de Parera a raíz de lesiones constatadas por facultativos del Hospital a una mujer que se encuentra temporalmente en asilo en la "Casa de los Abuelos" de ese pueblo.
De acuerdo a la información brindada a Infotec se radicó una denuncia ante las autoridades policiales de Parera por supuesto maltrato hacia una mujer que se encontraba albergada en una residencia para adultos mayores y presenta golpes que aduce se habrían producido en ese lugar.
En la misma quedó asentada la constatación de lesiones tras ser examinada en el nosocomio local: "Hematoma en región parietotemporal derecha, zona retro auricular lateral" luego de que fuera trasladada por su esposo y una mujer que los asiste tras notar las lastimaduras y el permanente pedido de la mujer para no regresar al geriátrico.
En tal sentido, uno de sus hijos, que actualmente no reside en la localidad de Parera con sus padres, solicitó a este medio se publique la siguiente CARTA ABIERTA que textualmente se describe a continuación:
"Hola, mi nombre es Luciano Martín Ayala (D.N.I Nº 26.307821), soy nacido en la localidad de Parera La Pampa, hace unos años que estoy radicado en la Ciudad de La Punta, provincia de San Luis. Mi madre, Leonor Soloa, conocida en el pueblo como Negrita tiene 67 años de edad y hace siete le diagnosticaron una enfermedad llamada Atrofia Cortical Posterior, es una enfermedad neurodegenerativa, ella esta LUCIDA, pero su capacidad motriz es reducida.
Por razones laborales en el año 1995 se ausentaron del pueblo con mi padre, Luis Ayala quien tiene 71 años y luego de mucho tiempo regresaron.
Cuando regresan a Parera, junto a mi hermana y mi padre decidimos que ella pase parte del día en el Geriátrico local “LA CASA DE LOS ABUELOS”, en el mes de enero comienza a asistir al mismo, al principio iba por las mañanas, luego se quedaba a almorzar y últimamente los fines de semana se queda tiempo completo.
Estaba muy bien y contenta de compartir con los/as demás personas, cuando hablábamos me decía que se sentía cómoda, la veíamos bien, estaba contenta.
Todo esto se derrumbó hoy, viernes 20 de marzo del corriente. En horas de la mañana me hace un llamado telefónico mi hermana Laura, llorando, preocupada y angustiada, me comenta que a primera hora de la mañana, Mónica que es la persona que está en casa con ellos, al momento de bañarla y cambiarla le observa hematomas en la cabeza.
En ese momento lo llama a mi padre y le comenta la situación. Papá le empieza a preguntar, a lo que ella solo respondía que NO QUERIA VOLVER MAS A ESE LUGAR, insistiendo para que le diga lo que había pasado, ella llorando le dice que la MALTRATABAN Y LE PEGABAN.
Esto llevó a que la trasladen al nosocomio local aproximadamente 11:30 hs y fuera atendida por su Director Gustavo Topfanin, quien constato las lesiones.
Cuando me puedo comunicar con mi padre, a la hora 12:30 le digo que realice la correspondiente denuncia en sede policial de la localidad y le pregunto si el médico le había entregado dicho certificado, a lo cual me responde que no.
En ese momento me comunico con el profesional, me presento y le solicito el certificado de la constatación de las lesiones, si bien yo tenía fotos de las mismas, necesitaba dicho certificado médico para realizar la denuncia, a lo que me responde que en 30 minutos lo pasen a retirar.
Luego le consulto porqué no había formalizado en sede policial la exposición, a la cual me responde que NO LE CORRESPONDE, eso es tema de un familiar. Sigo insistiendo que por protocolo SI le corresponde y me dice que iba a ver con los letrados.
Vuelvo a comunicarme con mi padre, le digo que pasen a retirar el certificado médico y de esa manera realicen la denuncia.
La denuncia está realizada, el medico realizó su exposición y entregó dicho certificado, pero ahora me pregunto...
Que poco amor por el prójimo, por los adultos mayores, nuestros abuelos, estamos inmersos en una sociedad egoísta en donde no queremos aceptar responsabilidades, en donde perdemos valores.
Esto me tocó a mí, mi vieja tuvo la suerte de tener un hijo, una hija y su esposo que se preocuparon y se ocuparon, que llamamos y averiguamos, ¿qué hubiera pasado si no llamaba al médico y le pedía lo necesario para denunciar?
Lo legal seguirá su curso y mamá no podrá volver a ese lugar que tanto le gustó en aquellos primeros días, jugaba a las cartas vaya a saber con quién, nunca me pudo decir el nombre, pero ella jugaba a las cartas.
Hace un rato la llamé, lo primero que me dijo NO VOY MAS A ESE LUGAR ME MALTRATAN Y ME PEGAN, yo solo quería saber cómo estaba.
Todo el día NO solamente pensaba en ella, pensaba en los que están, como estarán. Siempre veo fotos del lugar y veo personas conocidas, vecinos, amigos/as de mis viejos, ellos en su mundo y nosotros, los de afuera en el nuestro.
Con esto les pido que pensemos, pensemos muchos en ellos, son hermosos nuestros viejos y como sociedad abramos los corazones para con ellos.
Quiero agradecer a María José Cabral quien me dio la posibilidad para contar mi historia, me brindó su medio desde el primer momento que me contacte. Gracias infinitas a todos, espero que la historia de mamá, no se vuelva a repetir nunca mas, en ningún lugar de mi querida provincia, en ningún lugar de la Argentina y del mundo. Gracias, gracias, les envío un afectuoso saludo a todo mi pueblo".