Una charla íntima desde su casa de Catamarca, tras un nuevo aniversario del homicidio de la joven a manos de “los hijos del poder” de la provincia. “Esperaba que alguno de sus asesinos me hubiera golpeado la puerta para aunque más no sea decirme: ‘Ada, disculpe, no sabíamos lo que hacíamos’”, cuenta la mujer de 76 años.