Una bella historia de humildad y compromiso.

Josefa Balcarce San Martín.

Pepa ya tenía 78 primaveras, aquel año 1914, cuando empezó la Gran Guerra.
Desde 1904 habia quedado solita, cuando enviudó, siendo la última de su estirpe.
La destrucción de la guerra avanzaba hasta Brunoy, lugar donde estaba su "Petite Chateau".
Viendo de cerca los horrores, decidió hacer algo, y Pepa transformó su Chateau, en un Hospital de Campaña. Ya su casa trabajaba, desde hacía muchos años, como un asilo de ancianos.
Así su mansión/hospital, sumó quirófanos, una sala de Rayos X y un laboratorio. Cientos de heridos salvaron su vida en aquel lugar.
Una mañana, Pepa vió un carromato en la calle, cargado de soldados heridos. Se acercó al Oficial francés a cargo y le preguntó si estaban heridos.
-Oui Madam. ¡Pero son prisioneros alemanes!- contestó el Oficial.
-No le pregunté de que nacionalidad eran. ¡Hágalos pasar al Hospital!- ordenó Pepa.
Terminada la Primera Guerra Mundial, su aporte a la humanidad, fue reconocido por su Patria, y fue condecorada con la Legión de Honor de Francia, máximo galardón francés.
Falleció a los 87 años, en 1924, siendo reconocida por la comunidad de Brunoy. Una calle de su pueblo, lleva su nombre.
Se llamaba Josefa Balcarce San Martín, y era la nieta menor del Libertador. Ayer, 14 de julio fue su cumpleaños.