El Gobierno prometió 16.600 millones, pero sólo ha entregado apenas la mitad de lo anunciado.
«Yo estoy bien». Así respondió Pedro Sánchez a los periodistas que le recordaron su malograda visita a Paiporta (Valencia) junto al Rey Felipe VI tras la DANA del 29 de octubre de 2024. Unos días después de la tragedia, mientras el líder socialista hablaba desde el solemne atril oscuro de la sala de prensa de La Moncloa, miles de valencianos todavía hundían sus palas en un denso lodo sepia que había cubierto la provincia unos días antes. Trataban de devolver sus calles a la normalidad. Pero, sobre todo, buscaban a familiares, amigos o vecinos que, en ese momento, todavía se contabilizaban en la nómina de desaparecidos. Tristemente, muchos acabarían engrosando la lista de 229 fallecidos que dejó la gota fría.
El día que Sánchez dio explicaciones, prometió 16.000 millones de euros a los valencianos. Un año después, apenas ha entregado la mitad. También anunció la reconstrucción, pero 12 meses más tarde aún hay obras para evitar futuras tragedias que no se han ejecutado. No obstante, la consigna más recordada de aquella mañana no fue ninguno de esos compromisos, sino una frase que fue el preludio de lo que esperaría a Valencia: «Si necesitan más recursos, que los pidan».
El 29 de octubre de 2024, la DANA que azotó la provincia acumuló hasta 770 litros de agua por metro cuadrado en ciudades como Turís en un sólo día. En una hora se concentraron 185. Una cantidad de agua que no podía asimilar la cuenca hidrográfica del Júcar y que desbordó el barranco del Poyo.
El agua desbocada se llevó por delante coches, mobiliario público, puentes y, lo peor, la vida de cientos de personas. Más de 100 municipios se vieron afectados. Los que más sufrieron la ferocidad de la inundación fueron las 20 localidades que componen la comarca de la Huerta Sur. Especialmente Utiel, Paiporta, Ribarroja, Alacuás, Torrent, Picaña, Sedaví, Alfafar, Benetússer y Massanassa, La Torre, Catarroja o Beniparrell.
Mientras la tragedia azotaba la provincia, Sánchez estaba en un viaje oficial a La India. A pesar de las alertas, continuó con la agenda prevista el día de la DANA junto a su mujer, Begoña Gómez. Fueron a los estudios de Bollywood (Bombay) para mantener un encuentro con productores y ver el extracto de una película. Pese a que su agenda terminó a las dos de la tarde, hora española, Sánchez no cogió el avión de vuelta hasta pasadas las ocho de la tarde, cuando la situación en Valencia ya era catastrófica.
Begoña Gómez y Pedro Sánchez en La India.
A las 20:30 hora española salió su aeronave del aeropuerto internacional Chhatrapati Shivaji, de Bombay, en la India. Es decir, al menos cuatro horas después de concluir su comparecencia ante los medios de comunicación. Para entonces, habían transcurrido ya 13 horas desde la alerta roja de la AEMET y las noticias sobre los primeros efectos de la DANA ya estaban en los medios.
«Por favor, si saben algo, es mi niño»
Mientras, llamadas desesperadas como las de Loli, madre de un desaparecido por la DANA, inundaban las redes y los medios: «Tiene una vida por delante, sólo tiene 25 años». «Me mandó una foto de que el coche se estaba inundando», recordaba la mujer en una entrevista telefónica en Telecinco. Relató que su hijo se encontraba trabajando en Ribarroja, que «estuvo llamando a la ambulancia, a los Bomberos, pero decían que estaba todo cortado, que no podían pasar». «Por favor, si alguien lo sabe, por favor que se comunique conmigo, por favor, lo necesito, es mi niño», imploraba entre lágrimas.
A pesar de ello, el Gobierno tardó en poner a disposición de la Generalitat los medios que exigía el Ejecutivo autonómico. Los militares de tropa, unos días después de la tragedia, denunciaron que la situación en Valencia era un «escenario de guerra» y tildaron el despliegue como «insuficiente».
La inacción del Ejecutivo socialista obligó a miles de ciudadanos de Valencia a desplazarse a pie como voluntarios para ayudar a los pueblos afectados por la DANA. Los habitantes de la capital de la provincia no dudaron en ir a las localidades del área metropolitana que rodean a la ciudad. Las personas portaban cubos, palas, escobas, fregonas, garrafas de agua y carros con comida. La ruta que tuvieron que recorrer a pie, en algunos casos, supera los 10 kilómetros.
El pleno de la vergüenza
Lo que sí hizo el Gobierno fue mantener el pleno del día después de la gota fría en el Congreso, pese a la dramática situación que se vivía en Valencia. ¿El motivo? Esa jornada se convalidaría el decreto que impone un nuevo sistema de elección en RTVE, rebajando las mayorías necesarias. Es decir, querían asegurarse el control de la televisión pública. Todo ello a pesar de que el PP había pedido la suspensión de la sesión para poder centrarse en la tragedia de la provincia.
Finalmente, varios días después de que lo pidiera la Generalitat, se desplazaron hasta 7.500 militares y 9.479 efectivos de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, tal y como informa ahora el portal de La Moncloa. Sin embargo, a día de hoy se omite el tiempo que tardó en poner en marcha esa ayuda.
Pese al abandono, Sánchez se envalentonó a acudir a Paiporta el 3 de noviembre de 2024 junto a Felipe VI y el presidente valenciano, Carlos Mazón. Los vecinos lanzaron objetos y barro a la comitiva mientras la policía a caballo cargaba contra los manifestantes para crear un cordón de seguridad entre las autoridades y la masa de valencianos descontentos con su presencia. El tumulto enfurecido contra sus gobernantes truncó los planes iniciales de las autoridades y obligó a suspender la visita.
Sánchez se va, el Rey permanece
El presidente del Gobierno fue el primero en abandonar la comitiva, dejando solos a Felipe VI y a Mazón. El monarca, con la cara y las botas manchadas de barro, mantuvo su intención inicial e intentó escuchar a los ciudadanos sin perder la calma. La Reina Letizia, derrumbada y llorando, trató de conversar con los manifestantes.
Más tarde, el Ejecutivo socialista usó esta reacción del monarca para criticar a la corona. La alcaldesa socialista de Catarroja, Lorena Silvent, censuró que los Reyes volvieran a visitar las zonas afectadas unas semanas después para interesarse por los afectados y trasladarles su apoyo desde la Jefatura del Estado. «Mientras la gente está trabajando, ellos están tomándose un refresco cuando lo que tenían que haber hecho es visitar a esos militares que llevan aquí más de 50 días, que están cansados y están haciendo lo que nadie quiere hacer», reprochó la política socialista.
A pesar de la magnitud de la catástrofe, Sánchez no asumió el control de la gestión de la emergencia. Se dejó así en manos de la Generalitat, «que conoce el terreno», dijo, e instó al presidente Carlos Mazón: «Si requiere más medios, que los pida y los tendrá».
Sólo la mitad de ayudas entregadas
La ayuda que prometió Sánchez, sin embargo, no ha llegado. El compromiso del presidente del Gobierno ante el Congreso de los Diputados era movilizar un volumen total de 16.600 millones para la DANA. Sin embargo, el propio Ejecutivo admite, casi 12 meses después, que no ha entregado ni la mitad del dinero prometido. Sólo ha dado 8.000 millones, según los datos ofrecidos por La Moncloa.
No obstante, esa cifra incluye las indemnizaciones pagadas por el Consorcio de Seguros. Esta cantidad no corresponde a dinero del Gobierno, sino que procede de los propios bolsillos de los asegurados. Y estos lo aportan al pagar sus cuotas de seguros. Las indemnizaciones abonadas por el Consorcio de Seguros se elevan ya a algo más de 3.700 millones.
Pero, además, el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, anunció que Bruselas entregaría a España 1.200 millones en ayudas. Algo que el político socialista valoró como «buenas noticias». Sin embargo, el miembro del equipo de Sánchez no mencionó que su Ejecutivo no está siendo capaz ni de abonar lo ya prometido.
Y del anticipo del Fondo de Solidaridad de la Unión Europea (FSUE) para hacer frente a los daños causados por la DANA, es decir, 100 millones de euros, el Gobierno anunció que sólo enviará a la Generalitat Valenciana 30,8 millones.
Un ejemplo del abandono del Gobierno a la comarca es la lentitud de las obras del Gobierno, que ha dejado zonas de la DANA expuestas a nuevas inundaciones por falta de financiación. En zonas como Paiporta, infraestructuras que corresponden al Ejecutivo de Sánchez siguen sin acabar de reconstruirse a pesar de los 12 meses transcurridos desde la riada. En otros casos, las infraestructuras que cayeron no han comenzado, ni siquiera, a levantarse de nuevo. En Valencia, el Ayuntamiento ha tenido que asumir la limpieza de tramos del cauce del Turia, ante la lentitud de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) y la inmediata temporada de lluvias.
Ahora, Sánchez ha organizado un funeral del Estado por las víctimas de la DANA. Sin embargo, el líder socialista se borró del que se celebró en diciembre en Valencia, con asistencia de los Reyes. El Gobierno no tenía previsto enviar a ningún representante al primer funeral que tuvo lugar a finales de 2024, pero tras la polémica, reculó y el Ejecutivo estuvo representado por tres ministros: María Jesús Montero, Ángel Víctor Torres y Diana Morant.