El recuerdo de Ricardo “Ruso” Di Nápoli. Las acciones innovadoras y una mirada diferente de la educación y la cultura.

(Especial) Intendencia Frepam 2008-2011

Susana Berdasco fue Directora de Educación de la Secretaría de Cultura, Comunicación y Educación en la gestión del Frepam.
Recibe en su casa a Pampa Noticias, con un té de frutos del bosque y se dispone a la larga charla, recordando lo realizado desde el área a cargo de Ricardo “Ruso” Di Nápoli, quien realmente produjo innovaciones importantes.
“Fue un equipo de gente tan maravillosa que cuando nos cruzamos en Santa Rosa existe la necesidad de pararse y charlar.
Para mí fue darme un lugar de preminencia, no siendo del Frepam, pero nos considerábamos dentro de esa coalición”.
Susana cuenta que comenzó a visitar los talleres en Diciembre de 2008, a pedido de Ricardo. “Pensé que había que conformar algo para dar continuidad a lo que se venía haciendo, ceramistas, músicos, los talleres de cultura y el archivo histórico municipal, que me pareció muy importante.
Nos propusimos darle otra envergadura. Con Pichona Funaro nos contactamos con la Escuela Municipal de Cerámica de Avellaneda que es la mas importante del país. Lo invitamos a Emilio Villafañe, el director, y comenzamos con un plan de estudios. Él nos ofreció luego hacer las pasantías a esa escuela de Avellaneda”.
“Ricardo conversaba muchísimo con la gente, le expresaban lo que querían hacer en el ámbito de cultura. Todo lo que se propuso contó con la aprobación de Francisco Torroba y Pepe Di Liscia.
Cuando asumieron la gestión nadie tuvo vacaciones, se trabajó diciembre, enero, febrero y en marzo comenzó a concretarse la estructura que propuso Ricardo, que tenía tres pilares: Comunicación con Luis Lardone (que fue un periodista dedicadísimo, Cultura con Paula Rivero y la dirección de educación a cargo mío). Teníamos un presupuesto mínimo pero empezamos inmediatamente a funcionar.
A los talleres le dimos entidad como si fuesen asignaturas, de tres años, fue un trabajo hermoso. Se crearon las tecnicaturas de cerámica y la de música que era Popular Argentina y Latinoamericana”.
Susana recuerda con orgullo las visitas de Pablo Gianera, un excelente saxofonista, quien dio una clínica de saxo. “Trabajó muchísimo, venía los fines de semana y eran muy intensos, de ocho horas diarias. Venía también de Córdoba Miguel Tarzia”.
“Cada quince días se renovaban las muestras, el curador era el Negro Ruiz, se trabajaba muchísimo junto a Paula Rivero. Estaban los coros, talleres de pintura, y otros talleres de música independientes, pedían un aula y se reunían allí. El Foto Cine Club Pampeano comenzó también a reunirse en el Centro Municipal de Cultural”.
Con los empleados municipales se distribuyeron de otra manera los horarios, porque había actividades a toda hora hasta las 22. “Se firmaban las planillas de asistencia, y nunca nadie dejó de ir a trabajar y hasta quedarse fuera de hora. Contamos incondicionalmente con ellos.
Se hizo un trabajo de inclusión con la Escuela de Sordos y de Irregulares Motores, con los hornos de cerámica. Dotamos de todos los elementos que pudimos, se compraron dos pianos, hornos, elementos.
También trabajamos en el Centro de Educación de Adultos en el Prado Español. Francisco y Ricardo llegaban con facturas y compartían con los empleados que asistían a clases. Muchísimos empleados pudieron terminar los estudios”.
Otra de las acciones llevadas a cabo en esa gestión ocurrió en el Archivo Histórico Municipal. “Allí hicimos una depuración. Implementamos otra manera de trabajar con una hermana mía junto a Carola Di Nardo, con tablas de restitución. Se recuperó mucho material de archivo”.
Susana resalta la actividad desarrollada con los vecinos en general y de distintos barrios. “Los sábados hacíamos los talleres de extensión, que eran abiertos, concurrían mujeres mayores, alumnos del Colegio Nacional, hubo mucha integración. Para niños había cuatro talleres de lunes a viernes.
En el Teatro Español se les brindó la posibilidad a las comisiones vecinales de llevar las expresiones de los barrios. Se hicieron los ciclos de Domingos en la Plaza, convocando a músicos y les dábamos una fecha en el teatro, era una contraprestación. También participaban Toay y Anguil, con la música y las muestras culturales. El primer Simposio de Escultura, donde vinieron escultores de renombre de distintos puntos del país y los comercios de la ciudad brindaron todos los materiales. Esto se hizo durante dos años”.
Desde lo personal Susana dice “percibí el trabajo en conjunto, donde se analizaban todas las acciones propuestas, nos reuníamos mucho, se hablaban los temas presupuestarios, las prioridades, y primó desde todas las áreas una perspectiva educativa. Estaba el proyecto de conformar una especie de circuito que existe a nivel latinoamericanos que son las ciudades educadoras, es dar un salto en calidad donde todo el municipio se vea impactado”.
“Nos faltó tiempo para hacer muchas cosas que estaban planeadas, como la descentralización. Cultura tenía talleres en distintos barrios, queríamos integrar a los chicos y chicas que tuvieran dificultades en la escuela. Hicimos capacitaciones en lectura, comprábamos libros, hicimos una biblioteca preciosa que ya no está mas, se los han llevado. Dimos un aporte valioso en literatura infantil. Nos quedó la satisfacción de haber hecho un trabajo muy ensamblado, y ojalá hubieran tenido un período mas. Lamentablemente Ricardo en esos años enfermó. Hizo mucho esfuerzo para seguir hasta último momento, creo que fue el que hizo un muy buen enlace, y nos quedaron varias cosas por hacer. Una era la Escuela de Medio Ambiente, trabajamos mucho con los egresados de la universidad, sobre problemas ambientales de la ciudad. Articulamos con los representantes de las comisiones vecinales, fue una tarea de educación, desde el municipio hacia todos los habitantes. Se pusieron en todas las plazas de la ciudad plantas de especies nativas. Pero había una planificación de muchas cosas que quedaron lamentablemente sin poder concretarse”.